El Señor nos ha concedido una nueva Cuaresma. Un tiempo que nos invita a contemplar al Señor Jesús, especialmente en los misterios de su Pasión, pero con la certeza de su victoria en la Pascua, cuyo fruto será la comunicación del Espíritu Santo a todos los que se abran a su amor redentor. Para ayudarnos a vivir este tiempo cuaresmal, el Papa Francisco nos ha ofrecido un bello mensaje, basado en estas palabras de S. Pablo: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a) Un mensaje donde el Papa nos habla de la siembra, recordándonos, ante todo, que el primer agricultor es Dios mismo, que generosamente sigue derramando en la humanidad semillas de bien. Si esta Cuaresma acogemos su Palabra “viva y eficaz” (Hb 4,12), su gracia irá haciendo fecunda nuestra vida. «Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser “colaboradores de Dios” (1 Co 3,9), utilizando bien el tiempo presente para sembrar también nosotros, obrando el bien». |