, seguimos caminando a través del desierto cuaresmal hacia la Tierra Prometida del Cielo, anticipada en la Pascua de Resurrección. Cada día que pasa es un día menos para nuestro encuentro final con el Señor tras la muerte. Pero ¿está siendo también un paso más en nuestra unión con Él, en la santidad? En efecto, dado que la santidad es la forma de ser divina -solo Dios es Santo-, nuestra santificación consiste en unirnos con Él; o mejor, en dejarnos hacer, deshacer y rehacer, para que el Espíritu Santo pueda arrancar de nosotros el corazón de piedra y darnos un corazón de carne, como el de Cristo. Es el proceso de la conversión, tarea de toda la vida, (...) que no se trata solo de un cambio exterior de conducta, sino de una transformación radical de toda la personalidad del hombre, desde lo más íntimo de su corazón, mentalidad, afectos, proyectos…: pensar, sentir y obrar al modo de Cristo. Ese es el camino de la conversión cristiana. No el de una introspección perfeccionista o autorreferencial, sino el de la mirada contemplativa y amorosa al Redentor, con “los ojos fijos en la sangre de Cristo”. Por ello, en estas semanas cuaresmales intensificamos los espacios que nos ayudan a contemplar el Rostro del Crucificado (ejercicios espirituales, charlas, oraciones, viacrucis…), a compartir su dolor, y a saciar su sed en la Eucaristía y en la caridad con los hermanos más necesitados. (...) Radio María nació con este carisma, como un sencillo instrumento en manos del Señor y de su Madre del que Ellos se puedan servir para llamar a la conversión al hombre contemporáneo. Una preciosa tarea que va realizando en España ya más de 25 años, como una Radio que cambia vidas. ¡Que el final de esta Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua, sean un paso más en la conversión y cambio de nuestras vidas! Con mi bendición, P. Luis Fernando de Prada |